Algunos datos curiosos: rechazó una beca para estudiar Arquitectura y, en general, la idea de una educación académica. Fue bailarín. Trabajó como grabador y en una agencia de publicidad y sus primeros contactos con la vanguardia se produjeron en sus visitas a la galería de Alfred Stieglitz.

Las piezas que se reúnen en la exposición, bautizadas así, “Objetos de ensueño”, por el poeta francés Robert Ribemont-Dessaignes, se sitúan a medio camino entre los recuerdos, los sueños y los deseos. Las seis secciones que componen la muestra dibujan un singular viaje por el mundo onírico del artista. En ellas podemos contemplar, además de sus conocidos “objetos imposibles”, sus inquietantes maniquíes o las “máquinas poéticas” que reflejan la estrecha relación y complicidad entre el artista y su gran amigo Marcel Duchamp.